10/21/2008

Nunca importo si en la guerra o el baile, me encontraba sola... El hecho de querer con ganas algo y conseguirlo bastaba para mi completa felicidad. Así fue siempre. Hasta que a mi guerra o al baile se sumo una persona, esta que hizo consciencia en mi y enzeño a combatir todo con fuerzas dobles o a bailar en pareja, se alejo cuando el tiempo lo marco.
Bien, apareció otra persona. Le dije que se vaya, que no quería pasar por lo mismo. Me mostró diferencias. Acepte, con la cabeza me partí el cuello diciendo que si y el corazón se abrió de par en par. Entro. Le mostré cuanto podía amarla, cuanto entregaría y cuanta felicidad podía darle. Se asusto, me alejo. La volví a buscar, pidiendo explicaciones. Y ahora ella me mostró cuanto podía hacer conmigo. Así hasta el cansancio.
Bailes, cuento con una sola mano.
Luchas, no me alcanzan mis cuatro extremidades.
¿Acaso dejo de ser feliz? No.
¿Acaso me dejo vencer facilmente? Tampoco.
¿Pierdo sensibilidad, amor, protección y positividad en la constante lucha? Menos.

Y sin embargo solo quería sentirme acompañada, escuchada, valorada. Quería sentir, solo sentir que todo vale la pena. Como cualquier persona, que va creciendo y entendiendo como hacer una verdadera conquista. Tan solo necesito... Aliento. El tuyo.

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