7/29/2008

Presentación

A veces queda preguntarme donde esta mi prima. Mi prima tristeza, mujer que me acompaña siempre, la eterna fiel… Es que la ilusa piensa y pregunta siempre si la quiero, que va, si la amo. Que seria de mi si ella no apareciera con su maldita costumbre de tirarme a la tierra un rato y quedarse conmigo para recordarme cuanto tiempo he pasado ahí, que siempre puedo volver. Que no engañe mi gulliver con ideas volátiles, alegrías pasajeras, que busque más. Un poco más y un poco menos, siempre confundiéndome… Ella nunca es directa conmigo, siempre da vueltas y vueltas, me marea, yo desespero. Muero.
Entra en escena una mujer mas, esta quiere quedarse entre mi prima y yo, no permite que nos comuniquemos, no se da cuenta que ella es mi otro yo, o mejor dicho… Ella es yo, pero en la versión opuesta y aun así no la acepta, nunca nadie la acepta… Quizás sea su culpa, en definitiva la mía, claro. No seria su culpa si no se disfrazara constantemente, un detalle mas, ella nunca es igual. Solo yo se cuando aparece, cuando se va, pero me pide que no diga nada, que siga el curso de su juego, me involucra, nunca entendió que las explicaciones las doy yo, el yo que ven todos, al que preguntan, la que responde. Que responde? Nada si no sabe a que juega la prima esta vez… La gente se va, yo como siempre la echo otra vez endiablada, maldita que no vuelvas. Destruyes todo lo que tocas, a mí. No me toques, salí. No vuelvas, ella también se va, pero vuelve siempre vuelve.

Bien ahora que has vuelto, me tocaras a mi, si. Como siempre. Pero a ella no, ella es mía, sin ideas y sin quererlo, ya es mía. No la vas a tocar… Te permito como siempre, como nunca marcarme a mí, seguir marcandome. Pero ella es intocable, no la vas a meter, se queda entre nosotras y ahí esta, preguntado que siento, que sufro, que soy. No entiende, sigue sin entender. Pero no deja de preguntar, ya no pone signos de interrogación, no. Ahora solo se queda y mira, mira desde esos ojos, con mi fetiche y sus ojos, esos malditos ojos que me tienen en insomnio.
Y de nuevo mi infernal fetiche que me lleva a sus ojos, verdes con puntos negros, remarcados en mas negro y libidinosos, vidriosos, hermosos. Yo me río por que no entiende, me da risa mezclada con ternura su desesperación que no entiende que tan solo esto es la putada de esta mierda de poeta cabrón.

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